El candidato republicano Donald Trump se proclamó ganador de las elecciones presidenciales de Estados Unidos durante la madrugada del miércoles, en lo que parece ser una victoria arrolladora frente a su oponente demócrata, Kamala Harris. La declaración de Trump se produjo en un evento en el centro de convenciones de West Palm Beach, Florida, rodeado de su familia y el senador por Ohio, J.D. Vance, su compañero de fórmula.
Este triunfo marca un hito histórico, siendo la primera vez en más de un siglo que un expresidente regresa al cargo después de haber perdido una elección previa. Además, es notable que Trump, quien ha sido condenado penalmente, ahora se encamina a asumir nuevamente la presidencia de Estados Unidos.
«Es un momento sin precedentes en la política americana», declaró Trump con entusiasmo. «Hemos logrado una victoria que no se ha visto en este país. Vamos a sanar a nuestra nación y abordar las crisis urgentes que enfrentamos, comenzando con la seguridad de nuestras fronteras.»
Aunque aún no había alcanzado los 270 votos electorales necesarios para la victoria oficial, la proyección de Fox News, un canal con inclinaciones conservadoras, lo declaró ganador minutos antes, sugiriendo una victoria casi segura. Solo necesita los votos de Alaska, estado tradicionalmente republicano, para consolidar su triunfo, y mantiene ventaja en estados clave como Wisconsin, Michigan, Arizona y Nevada, lo que podría conducirlo también a ganar el voto popular, algo que no logró en su primera elección.
En su discurso, Trump prometió una "era dorada" para Estados Unidos, a pesar de sus recientes condenas, incluida una por falsificación de registros comerciales para silenciar a la actriz porno Stormy Daniels durante su campaña de 2016. Con esta victoria, tiene la capacidad de influir en el Departamento de Justicia para cerrar las investigaciones en su contra.
Contrario a las expectativas de un conteo prolongado debido a la cercanía en las encuestas, los resultados se dieron a conocer rápidamente. Trump aseguró victorias en Carolina del Norte, Georgia y el crucial estado de Pensilvania.
Además de la derrota presidencial, los demócratas sufrieron la pérdida del control del Senado, que pasó a manos republicanas con 51 votos, marcando un cambio significativo en el panorama político tras cuatro años en minoría. La lucha por la Cámara de Representantes continúa, con los republicanos liderando, aunque más de cincuenta escaños aún están por definirse.
En contraste con la celebración republicana, Kamala Harris no apareció públicamente. Sus seguidores esperaban en la Universidad de Howard, en Washington D.C., donde había establecido su centro de campaña. La decisión de no hablar esa noche fue comunicada por su equipo, que mencionó una aparición programada para el miércoles.
Antes de su discurso en West Palm Beach, Trump había estado siguiendo los resultados en su residencia de Mar-a-Lago, donde ofreció una cena con figuras notables como Eduardo Bolsonaro, Nigel Farage y Elon Musk, quien fue una presencia constante en su campaña.
Este resultado electoral no solo define el futuro inmediato de la política estadounidense sino que también refleja una transformación en la dinámica del poder y la confianza pública en sus líderes. Con Trump regresando a la Casa Blanca, el país se prepara para una nueva era bajo su liderazgo, marcada por promesas de restauración y grandes expectativas.
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