El viernes, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló que ha presentado cargos contra tres individuos implicados en un supuesto complot iraní para asesinar al presidente electo Donald Trump antes de las elecciones.
Los documentos judiciales indican que funcionarios iraníes ordenaron en septiembre a Farhad Shakeri, uno de los acusados, que se concentrara en la vigilancia y eventual asesinato de Trump. Actualmente, Shakeri se encuentra prófugo en Irán.
Este plan fue descubierto recientemente y muestra que Shakeri, quien había cooperado con las autoridades en conversaciones grabadas, inicialmente fue comisionado por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) para atacar a ciudadanos estadounidenses e israelíes en suelo estadounidense. No obstante, la directiva cambió en septiembre, centrándose en Trump con un ultimátum de siete días para crear el plan de asesinato.
Shakeri comentó a los investigadores que de no poder llevar a cabo el plan en el tiempo estipulado, los IRGC esperaría hasta después de las elecciones, bajo la premisa de que Trump perdería.
En relación con este caso, Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, los otros dos acusados, fueron arrestados en Nueva York. Se les acusa de colaborar en la vigilancia de un ciudadano estadounidense de origen iraní. Ambos hicieron su primera aparición en la corte ayer y permanecen detenidos mientras se espera su juicio.
Este incidente refleja las tensiones continuas entre Estados Unidos e Irán, especialmente después de que un ataque con drones en 2020, ordenado por Trump, resultara en la muerte del General Qasem Soleimani del IRGC.
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