En un desafortunado giro de eventos para los Warriors de Golden State, su estrella Stephen Curry se verá obligado a ausentarse de los próximos dos partidos debido a una lesión en el tobillo izquierdo. La molestia surgió durante el último cuarto del encuentro contra los Clippers de Los Ángeles, el pasado domingo 27 de octubre, cuando Curry intentó esquivar a un defensor y se torció el tobillo.
A pesar de la preocupación inicial, la resonancia magnética realizada tras el juego brindó algo de alivio al confirmar que no hay daño estructural en el tobillo de Curry. El diagnóstico definitivo fue una distensión del peroneo izquierdo, una condición que, aunque molesta, no implica una recuperación a largo plazo. Los médicos de los Warriors han programado una revaluación para el viernes, con la esperanza de que Curry pueda reincorporarse para el partido contra los Rockets de Houston el sábado, siempre y cuando su progreso sea positivo.
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La ausencia de Curry en el enfrentamiento contra los Pelicans de Nueva Orleans, programado para el martes y miércoles, representa un desafío significativo para los Warriors, quienes deberán adaptarse sin su líder en la cancha. Curry, quien ha sido dos veces nombrado Jugador Más Valioso de la NBA, no solo aporta con su habilidad para encestar desde cualquier parte de la cancha, sino también con su liderazgo y presencia en el juego.
En el partido contra los Clippers, Curry registró 18 puntos, seis asistencias y cuatro rebotes, con un desempeño de 6 de 11 en tiros, incluyendo cuatro triples antes de su salida. Este rendimiento demuestra su impacto en el equipo, y su ausencia se notará en las próximas jornadas.
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