El huracán Beryl tocó tierra este lunes alrededor de las 11:00 a.m. en la isla de Carriacou, parte del archipiélago de Granada, como una tormenta de categoría 4. Este fenómeno natural ha dejado una estela de destrucción y ha sorprendido a los expertos meteorológicos por su intensidad y el momento temprano de su formación en el Atlántico.
El Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. (NHC, por sus siglas en inglés) reportó que Beryl llegó con vientos máximos sostenidos de 241 km/h, describiendo el huracán como "extremadamente peligroso". La fuerza y velocidad del huracán lo han convertido en el más potente registrado tan temprano en la temporada en esa región del Atlántico, lo que ha alarmado a los científicos y autoridades locales.
El NHC también informó que Beryl está produciendo vientos catastróficos y marejadas ciclónicas potencialmente mortales en el sur de las islas de Barlovento. Estas condiciones han causado devastación en Carriacou en cuestión de minutos. "En media hora, Carriacou quedó arrasada", afirmó el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, reflejando la gravedad de la situación.
Según una publicación en X de Brian McNoldy, profesor de meteorología de la Universidad de Miami, el único huracán significativo que había pasado por la zona fue Iván en septiembre de 2004, y fue de categoría 3. "Estas islas no tienen experiencia con un huracán de categoría 4 en la historia registrada", comentó McNoldy, subrayando la excepcionalidad del evento y la falta de preparación de la región para enfrentar una tormenta de tal magnitud.
Los efectos de Beryl en Granada han sido severos, con cortes de electricidad que han afectado las comunicaciones y el acceso a información vital del gobierno. Estos problemas han complicado aún más la respuesta de emergencia y la coordinación de esfuerzos de ayuda.
Además, los aeropuertos y negocios fueron cerrados, y se instó a los residentes de todo el Caribe a buscar refugio ante la inminente llegada de una tormenta potencialmente devastadora. Las autoridades emitieron advertencias y recomendaciones para que la población se mantuviera a salvo y tomara medidas preventivas.
El impacto de Beryl no solo se sintió en tierra, sino también en el transporte aéreo. Decenas de vuelos fueron cancelados en toda la región a medida que Beryl se acercaba en la noche del domingo, interrumpiendo los planes de viaje y afectando a miles de pasajeros.
La respuesta al huracán Beryl ha sido una de las mayores movilizaciones de emergencia en la historia reciente de Granada y las islas circundantes. Equipos de rescate y personal de emergencia han estado trabajando sin descanso para evaluar los daños, restaurar los servicios esenciales y asistir a los afectados.
En resumen, el huracán Beryl ha dejado una marca indeleble en Carriacou y en el archipiélago de Granada. Su fuerza destructiva y la rápida devastación que causó subrayan la necesidad de preparación y respuesta rápida ante fenómenos meteorológicos extremos. La comunidad internacional y los gobiernos locales están colaborando estrechamente para mitigar los efectos de este poderoso huracán y ayudar a la región a recuperarse de este desastre natural sin precedentes.
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