Haití, inmerso en una grave situación de violencia debido a la presencia de bandas criminales, recibe la mayor parte de su suministro de armas de fuego desde la República Dominicana y los Estados Unidos, según un informe del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas.
El informe señala que "la mayoría de las armas de fuego y municiones en circulación en el país tienen su origen en Estados Unidos. Estas armas llegan a Haití directamente desde los Estados Unidos o a través de la República Dominicana". Este tráfico de armas se aprovecha de la inseguridad, el vacío institucional y la debilidad de los controles fronterizos, lo que brinda a los delincuentes, en particular a las redes de crimen transnacional, una oportunidad propicia para expandir sus operaciones.
Entre Haití y la República Dominicana existen cuatro pasos fronterizos terrestres oficiales a lo largo de los 392 kilómetros de la línea divisoria, además de numerosos pasos no oficiales. En la mayoría de los casos analizados por el Grupo de Expertos, el tráfico de armas se concentra en el puesto fronterizo de Belladère.
A pesar de las incautaciones, las armas continúan llegando a las bandas en Haití. Fusiles del tipo AK, presumiblemente introducidos a través de redes de narcotráfico o provenientes de la República Dominicana, se han encontrado en Haití. Las bandas pueden adquirir pistolas, escopetas de bombeo y rifles semiautomáticos de 5,56 mm, junto con la munición correspondiente, en el mercado ilícito de Haití o en la República Dominicana. Algunos grupos, como los 400 Mawozo, que operan cerca de la frontera, utilizan traficantes dominicanos para obtener armas de fuego y municiones.
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Sin embargo, las bandas más grandes y financieramente fuertes intentan abastecerse directamente en los Estados Unidos de armamento más pesado, como rifles antimaterial de 12,7 x 99 mm, ametralladoras ligeras y otros calibres menos comunes, junto con sus proyectiles. Estas armas compradas por unos 500 a 700 dólares en Estados Unidos pueden venderse por alrededor de 2.500 dólares en la República Dominicana y multiplicar su precio dos o tres veces en Haití.
El tráfico ilegal también se lleva a cabo a través de las costas de Haití, con 20 puertos oficiales de diversos tamaños y varios amarraderos no oficiales a lo largo de sus 1.771 kilómetros de costa. Según el informe, la costa sur de Haití es la principal entrada de cocaína procedente del departamento colombiano de La Guajira, transportada por barco o pequeñas aeronaves capaces de volar bajo los radares. Una vez en Haití, la droga cruza la frontera hacia la República Dominicana por tierra y se envía a Punta Cana, desde donde se dirige a Puerto Rico.
Además, se lleva a cabo tráfico ilegal a través de pequeñas aeronaves que arrojan mercancía cerca del lago Étang Saumâtre, en la frontera con la República Dominicana, y sobre el departamento haitiano de Artibonite.
El informe también resalta que la crisis en Haití está teniendo un impacto en la actividad criminal transnacional en la región, con la demanda y circulación de armas de fuego ilícitas en Haití alimentando el tráfico en la República Dominicana y Jamaica.
Las autoridades de la República Dominicana, México y Estados Unidos han informado al Grupo de Expertos sobre los problemas causados por la migración y el tráfico de drogas y armas, actividades que contribuyen a los altos niveles de violencia armada e inseguridad en varios países del Caribe. En la República Dominicana, se han realizado recientes detenciones de miembros de bandas haitianas y se han desmantelado actividades delictivas transfronterizas, especialmente en el tráfico de armas.
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