Los "hombres rana," dispersos por todo el mundo después de los eventos de la revuelta de abril, representaron la unidad militar principal que respaldó al coronel Francisco Caamaño y desempeñaron un papel fundamental en el apoyo a la población civil.
Leonel Fernández, con motivo de la publicación en la Cancillería dominicana del libro "La Leyenda de los hombres rana" de Ángel Lockward en noviembre de 2009, tomó la decisión de reunirlos a fines de diciembre del mismo año. Esta reunión marcó la primera vez que regresaron a su patria después de un exilio forzado que duró más de 41 años para muchos de ellos.
Sin embargo, días antes de su regreso, el comandante de la unidad, Manuel Montes Arache, falleció, lo que generó un sentido sepelio al que asistieron muchos, incluyendo a Aníbal López.
La idea de reunirlos y otorgarles una pensión como muestra de gratitud de la República se desvaneció con el tiempo.
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Montes Arache, quien narró y aprobó el mencionado libro, eligió al autor como su orador, y en el cumpleaños de Leonel Fernández el 26 de diciembre, sugirió un cambio que el entonces jefe del Estado aceptó con gusto.
Fernández instruyó la creación de un decreto y organizó un almuerzo en el que, a excepción del general Medina y Medina y Ángel Lockward, no estuvieron presentes militares en servicio activo ni civiles. En este evento, cada miembro de la unidad militar más legendaria narró en detalle sus experiencias en las escaramuzas bélicas, como parte de los entrenamientos realizados por instructores italianos, liderados por Illio Capozzi, quien perdió la vida en el intento de tomar el Palacio Nacional.
El coronel Aníbal López permaneció en servicio activo debido a un error simpático y falleció con su uniforme.
Sus restos serán velados en la Funeraria Blandino.
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