Los incendios que han azotado Portugal han causado estragos, dejando miles de hectáreas arrasadas y forzando la evacuación de alrededor de 1.500 personas. Al mismo tiempo, las autoridades están investigando la posibilidad de que estos incendios hayan sido provocados.
En la región de Odemira, situada en Alentejo, los bomberos han logrado estabilizar el perímetro del incendio que comenzó el sábado. Sin embargo, se advierte que aún existen "puntos críticos" y la situación no puede considerarse bajo control.
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Las labores de extinción en la zona se ven dificultadas por el viento y las altas temperaturas. Aproximadamente a 200 kilómetros al sur de Lisboa, cerca de 1.500 residentes fueron evacuados como medida preventiva el lunes, y aún no han regresado a sus hogares.
Más de 800 bomberos, respaldados por 266 vehículos y 10 medios aéreos, han estado combatiendo las llamas en una área que supera las 6.000 hectáreas durante la noche del lunes. La Protección Civil considera esta situación como "absolutamente excepcional".
En Leiria, a unos 150 kilómetros al norte de Lisboa, las llamas han devastado alrededor de 400 hectáreas. Se mantiene la posibilidad de que estos incendios hayan sido intencionales. El portavoz de Protección Civil en la localidad, Luis Lopes, ha señalado la inusualidad de tantas igniciones consecutivas en lugares críticos.
Aunque los incendios que afectaron a los barrios de Arrabal y Carangujeira el lunes, y que arrasaron unas 500 hectáreas, han sido controlados durante la madrugada, se registraron daños en una vivienda y cuatro personas sufrieron heridas leves, a pesar de la amenaza a áreas urbanas.
Los bomberos han conseguido controlar el incendio en Vila do Conde, en Oporto, que obligó a cerrar carreteras durante la madrugada. Sin embargo, se mantienen efectivos en la zona para prevenir una posible reactivación de las llamas.
La ola de calor que afecta a Portugal, con temperaturas que pueden superar los 40 grados, incrementa el riesgo de incendios en 120 áreas del país. Aunque el Gobierno aún no ha declarado un estado de alerta.
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