Un motín en una cárcel de mujeres de Honduras ha dejado al menos 41 reclusas fallecidas


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Al menos 41 reclusas de una cárcel de Honduras murieron este martes en una reyerta en el interior del principal centro penitenciario de mujeres del país, al norte de la capital de Honduras.

El gobierno hondureño declaró en emergencia el penal para movilizar fuerzas y tratar de controlar el amotinamiento.

El hecho se registró en la mañana en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), situada en el valle de Támara.

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Se escucharon detonaciones de arma de fuego y se produjo un incendio donde varias de las reclusas murieron calcinadas.

"Los equipos forenses que se encuentran realizando los levantamientos cadavéricos confirman que son 41 las muertas que se contabilizan", confirmó el director de comunicaciones del Ministerio Público, Yuri Mora.

Las autoridades del Hospital Escuela confirmaron que hay siete reclusas ingresadas con heridas de arma blanca y arma de fuego, y que todas están estables.

No se han dado a conocer oficialmente hasta el momento los detalles sobre el origen o motivos del enfrentamiento.

Según algunas de las lesionadas que llegaron al Hospital Escuela, el incidente comenzó cuando presas pertenecientes a la pandilla "Barrio 18" se introdujeron en uno de los módulos y abrieron fuego contra las demás presas y les prendieron fuego.

El suceso ocurre casi tres meses después de que la presidenta hondureña, Xiomara Castro, anunciara la intervención en los 25 penales del país debido a la violencia imperante y el autogobierno de los reclusos en esos centros.

Además, se decretó el estado de excepción hace medio año para combatir la violencia de las pandillas y el crimen organizado.

Castro condenó el "monstruoso asesinato de mujeres... planificado por maras a vista y paciencia de autoridades de seguridad" y convocó a los altos funcionarios a "rendir cuentas".

Por su parte, Julissa Villanueva, la viceministra de Seguridad y responsable de las cárceles, aseguró que no permitirán el ataque o el sabotaje contra las acciones emprendidas contra la criminalidad organizada en el sistema penitenciario del país.

Villanueva afirmó que no se van a doblegar ni a negociar con la criminalidad.

La última tragedia similar en un centro para mujeres en la región ocurrió en 2017, cuando 41 niñas de un refugio para jóvenes con problemas en Guatemala murieron después de prender fuego a colchones para protestar por violaciones y malos tratos.

El peor desastre carcelario en un siglo también ocurrió en Honduras en 2012, en la penitenciaría de Comayagua, donde 361 reclusos murieron en un incendio posiblemente causado por una cerilla, un cigarrillo o similar.

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